Existen segundos en la vida de decisiones inminentes, decides, no hay marcha atrás; para mí un momento así fue el experimentar la fuerza del aire que entró al parapente y jaló de manera intempestiva y con fuerza los tirantes de mi arnés, en ese momento me inundo el miedo y me dije “No voy a poder” sin pensarlo mi cuerpo reaccionó y mis rodillas se doblaron al tiempo que  sentía que el viento había inflado por completo el parapente, el instructor me dijo: -no te agaches es peligroso, debes pararte ahora, correr y subirte-, en ese momento pensé “Ya no puedo echarme para atrás, debo lanzarme” y así fue;  corrí y antes de llegar al precipicio ya estábamos volando, debo decir que después, fue maravilloso.

Creo que hay un sinfín de momentos en la vida donde la valentía tuvo que salir de la nada, y pareciera que a veces pensamos que un líder debe ser un super héroe increíblemente valiente que nunca siente miedo, creo que nada está más alejado de la verdad.

Quizá te has visto en el momento; liderando a un equipo tratando de conseguir los objetivos de la compañía, con un montón de críticas sobre las formas para alcanzarlos, o peor aún, te encontraste con un equipo que no hablaba nunca, no emitía juicios, y eso tampoco es bueno. Y es que muchas veces como líder debes buscar la fuerza suficiente para continuar, sostener la comunicación asertiva para motivar y tener una buena autogestión emocional para no desesperarte, y esta es la primera parte de la verdad: “A todos los líderes les pasó esto en alguna medida”.

Conforme escalas en otro tipo de puestos, inicia el otro desgaste; que es encontrar el valor en un directorio, poder ser asertivo y conseguir aprobación de las acciones que tú creas para lograr tu plan de acción y ser lo suficientemente inspirador para que dicho directorio te avale.

Lo cierto es que para lograrlo en cualquiera de los casos hay tres pasos que un líder persigue; en palabras del Dr. Mario Alonso Puig son: Conseguir inspirar, una estrategia y un entrenamiento.

Me preguntarás ¿Dónde entra la valentía? En cada uno de los pasos y en cada una de las situaciones. Definiendo valentía no como un acto de fuerza sino de una mejor gestión de lo que se hace, se habla y se siente.

Conversaba con una amiga mía, gerente general y miembro de un directorio en una organización gremial de mujeres, quien me compartía que muchas de ellas, miembros de otros directorios le comentaban que habían dejado de opinar sobre algunas cosas porque tenían miedo a perder el trabajo y ella les preguntaba ¿y qué si lo pierdes?  Y cuando ella dijo esto pensé “Es justo donde decidir ser valiente y hacer que tu voz cuente, es la punta de lanza para poder continuar”  otros ejemplos no menores son liderar un grupo como docente, una junta de padres de familia como director de carrera o una discusión sobre los permisos de tus hijos adolescentes;  liderar es algo que en algún momento cualquiera tendrá que hacer y entender que la valentía nos acompañará porque no hay opción, tal como el momento del parapente que te comenté, es fundamental;  ¡necesitamos ser valientes!  empezando, por ejemplo, para poder liderar nuestra vida.

No sé si cueste caro ser valiente, lo que sí creo es que ser cobarde no vale la pena. Es por ello que me encantaría poder compartir contigo dos conocimientos; el primero, reconocer las cosas que deberíamos enfrentar para tomar a la valentía por bandera y liderar; el segundo, los rasgos de personalidad que pueden a veces hacernos creer que no somos valientes.

Si continuamos con la consigna de Puig, que para liderar debemos inspirar, tener una estrategia y entrenarnos, entonces quisiera compartirte los pasos que necesitamos entrenar y trabajar.

1.- Competencias:  Tener conocimiento y experiencia; si alguien te puso en ese cargo es porque tenías la experiencia sobre algo, de no ser así, (porque uno es presidente de un país, siempre por primera vez) debes buscar tener las competencias que el cargo requiera

2.- Visión: Generalmente va en dirección a motivar, o para inspirar en situaciones difíciles, “Porque lo mejor está por venir” o bien, porque tienes la capacidad de mostrarles el camino, “Que habrá luz al final del túnel” siempre debes saber a dónde vas

3.- Carácter: ser una persona fiable, coherente, que mueve con su ejemplo

4.- Inteligencia emocional: No se puede liderar si no se conecta con otro ser humano

Dicho esto, y si te hace sentido, cuando ves al liderazgo desde el punto de vista del servicio todo lo anterior influye.

Ahora bien; a veces existen rasgos de la personalidad que debemos trabajar ya que pueden dificultar acercarnos a nuestra valentía, te presento algunos:

1.- Soltar, la necesidad de querer tener todo bajo control hace que tengamos miedo y si te fijas la verdad es que no controlamos nada, podemos influir en algunas cosas, pero siempre habrá cosas que no estén en neutro control.

2.- Tener tendencia a adelantar acontecimientos, no me mal interpretes está bien prever, pero no vivir siempre con los miles de variables rondándote en la cabeza, para encontrar el plan perfecto o [[sobrepensar]] pues corres el peligro de no tomar acción nunca, y hasta provocarte ansiedad por maquinar posibles catástrofes que no han pasado.

3.-Abrazar la incertidumbre porque es de lo único que podemos estar seguros, la única constante es el cambio.

4.- Gestión de la frustración; es normal experimentarla, así como tu deber es desestructúrala a través de estos pasos:

  1. a) Acéptala
  2. b) Desdramatízala
  3. c) Pregúntate ¿Qué parte de tu educación o cultura influye en pensar que no hay salida?
  4. d) Recuerda siempre que gracias a algunos fracasos aprendiste y ganaste experiencia, entonces ¿Qué es tan grave que no te permitirá aprender y conseguir nuevas soluciones?

5.- Miedo a equivocarnos, ¿Y qué si te equivocas? Nadie es infalible “Aquel que nunca se equivoca nunca experimento algo nuevo” decía Einstein.

6.-El perfeccionismo, podemos ser precavidos y tratar de no producir errores, pero no somos infalibles, la perfección es un concepto ideado por el ser humano que pretende ser una cualidad consistente en que algo o alguien no tiene defectos

7.- Tener miedo de lo que piensen los demás, no podemos ser responsables de la idea que otros tengan de nosotros, pero sí de lo que pensamos nosotros sobre quienes somos

8.- Debemos cultivar nuestra autoestima, porque es vital creer en nosotros para poder sacar la voz, si sientes que no puedes, busca ayuda con un coach o terapeuta que te facilite herramientas para encontrar la raíz de las inseguridades y a trabajar en ellas.

No tenemos que saberlo todo para ser valientes, pero sí atrevernos a serlo y para mejorar nuestro desempeño con nosotros mismos, de esa forma, mejoraremos también como líderes.

Si quieres conocer más herramientas o te encuentras en un momento que debes encontrar valentía y quieres hablar al respecto, quizá te puedo ayudar, escríbeme: hola@veliaorozcodelvalle.com