Escuchaba una entrevista a Michelle Obama sobre su libro “Con Luz propia” y llamó mi atención un concepto como si fuera un espejo sobre lo que decía que pasaba en su cocina, ella mencionaba que todos deberíamos tener una mesa de la cocina, donde sólo estén tus mejores amigos, aquellos con quien puedes tomar una café o una copa de vino sin perseguir ningún protocolo preliminar, de brutal honestidad y absoluta confidencialidad de lo que sucede y se discute ahí.
¿Por qué utilizar a la señora Obama en esto? Porque a veces creemos que esas personas a quien podemos llegar a considerar influyentes o poderosas no tienen amigos o compañía en quien confíen, ¿no? reflexionemos; ¿Te imaginas la vida sin algunas cosas de vital importancia como el amor y la amistad? En estos tiempos donde la información cada vez es más y menos confiable y donde los chicos encuentran diversión grabando a sus amigos en estados inconvenientes para después subir una historia a IG, se hace no importante; urgente, tener una verdadera mesa de la cocina.
Escuchaba también el punto de vista de un filosofo coreano Byung Chul Han quien comenta que: En esta era digital la comunicación se vuelve despersonalizada y no nos acerca, la verdadera comunicación entre las personas no se reduce solo a lo visual sino a la experiencia de la participación de los demás sentidos, a eso le llama dimensión táctil que se va perdiendo en el medio digital. Por la eficiencia y comodidad digital evitamos mucho la realidad ya no hay un cuerpo y rostro. Según Chul Han; lo agradable de una reunión son las miradas, porque la mirada solidifica la comunidad y la ausencia de la mirada es la responsable de la pérdida de empatía, en este formato de “comunicación digital” lo que domina no es el amor al prójimo sino el narcisismo, sólo se consume lo igual, el algoritmo maneja los gustos reduce a las personas a una máquina de ecos o habitación de espejos. Wow esta última frase me voló la cabeza en serio.
Pero volvamos a la mesa de la cocina; me gustaría aclararte que no estoy en contra de las redes, por el contrario; como comunicadora Gen X soy una agradecida de la democratización al acceso de compartir mis contenidos para poder decir lo que pienso, sin embargo, no todo lo que se dice en redes es comunicación y creo que esas conversaciones frente a frente siguen constituyendo un valor esencial para nuestra vida.
¿Por qué pocas personas pueden estar en esa mesa?, porque esas personas tienen cualidades muy particulares que no todos tienen, esas personas se cuidan unas a otras.
Son quienes te escuchan sin juicio y exponen su punto de vista con libertad, quienes son capaces de empatizar con tus circunstancias a pesar de que quizá no coincidan con tu punto de vista, están quienes son capaces de decirte la verdad por dura que sea con la invitación a reflexionar juntos con el único propósito de crecer.
Son personas que traen a la mesa temas, personajes, herramientas interesantes para el crecimiento intelectual y emocional de todos los que la integran; se destacan por ser escuchas activos de la cotidianidad de las vidas de cada integrante ya que saben que con la divergencia de los miembros de la mesa se enriquecen, son exquisitos conversadores que con su discurso te hacen reír, llorar, meditar, advertir y ser a veces ese espejo, donde miras lo que fuiste, lo que eres o serás un día.
La mesa de la cocina también es parte de una contención de vida profesional, con los mismos atributos anteriores, yo tenía una mesa de vida profesional, se llamaba “la mesa de las decisiones” una mesa con amigos hermosos con quienes desayunábamos algún domingo, discutíamos nuestros momentos profesionales y nos apoyábamos en relación a las decisiones que teníamos que tomar, con las mismas cualidades que te describí en la mesa de la cocina, y a veces se tornaba aún más entretenido porque sumar las experiencias profesionales desde distintas miradas e industrias resultaba enriquecedor y desafiante.
Hoy escuchaba a mi maestro Enzo Arias quien decía “En la vida podemos aprender a que algo distinto que no seamos nosotros mismos nos pueda sostener” esto esclarecía aún más mi necesidad de compartir esto con ustedes. Tengo la fortuna de ser parte de una mesa de la cocina que me acogió, y me ayuda a transitar mi regreso a México después de casi 20 años fuera del país de quienes estoy profundamente agradecida y con quienes aprendo siempre, profesional, personal y espiritualmente, eso significa ayudarnos a sostenernos.
¿Tú te sostienes en algo distinto a ti para vivir? Si tu respuesta es no, te sugiero que regreses a la riqueza que hay en la verdadera conversación
¿Tienes personas que podrías considerar para tu mesa de la cocina? Mejor aún ¿Eres tú una persona que podría integrar esas cualidades para ser parte de alguna mesa? Hoy en un día tan especial donde recordamos el amor y la amistad, te invito a que resuelvas; escribe la lista, define el día y la hora, coloca el mantel, abre un vino y espera a que lleguen aquellos que te sostendrán y a quienes tú te comprometerás a sostener.
Espero lo hagas y un día me compartas tu mesa de la cocina aquí @veliaorozcodelvalle por un mundo de #conversacionesenriquecedoras