Hoy quise hablarte de esta emoción, tan primitiva como genial utilizada en el contexto correcto, acompáñame a explorar diferentes aristas para sentarnos a conversar con esta emoción.
El miedo es de valientes, Me parece genial el título del libro de Julio de la Iglesia este autor español maravilloso nos lleva a adentrarnos en esta emoción viviéndola en carne propia, su trabajo es desactivar bombas. Sí, así es.. yo tampoco podía creerlo cuando le conocí en un congreso de coaching, bueno; pero tú ¿Qué crees? ¿Se podrá vivir sin miedo?
Ojalá que no, porque pensemos algo, el miedo es una de las emociones creada en nuestro cuerpo para salvarnos la vida, en el contexto adecuado por supuesto; sin embargo, resulta curioso que el ser humano es el único ser vivo que construye mentalmente miedos que le llevan al estrés tal que creamos crisis de pánico o ansiedad generalizada porque tenemos miedo de no sé qué, pero decimos siento miedo. Y no me malinterpreten por favor, siendo yo quien ha pasado por ahí, comprendo que el sentimiento es real sin embargo las razones son inexistentes por eso desmenucemos los miedos.
Hay tres tipos
El miedo físico: son aquellos que están relacionados con la vida, el combate y la supervivencia. El miedo a morir, a envejecer o a enfermarnos, situaciones que serán inevitables en algún momento de nuestras vidas.
Los miedos emocionales: Son parte de un diálogo interior negativo, que se nutre de lo que pensamos que los demás piensan de nosotros, tienen que ver con nuestro autoconcepto, la percepción que tenemos de quienes somos y nuestra relación con el mundo. Y pueden ir desde el miedo a no cumplir nuestro objetivo, al rechazo, al abandono, al engaño, a la pérdida, al fracaso entre otros
Los miedos conductuales: Son aquellos que dependen de nuestra decisión, determinación y acción para reproducirlos, por ejemplo, el miedo a hablar en público, a volar, a los espacios abiertos o cerrados. Cualquiera de los anteriores puede que sean heredados, aprendidos o propios.
Ok ahora que desmenuzamos los tipos de miedo te quiero contar como funcionan las emociones quizá te sea útil, por ejemplo ¿sabes cuanto dura una emoción 90 segundos?, ¡sí! no dura más, de manera que cuando pensamos que estamos experimentando miedo por mucho tiempo, por ejemplo, lo que estamos experimentando es una sensación, seguramente bastante incómoda que tiene un gatillo que la detona. Las sensaciones pueden ir desde una sudoración o latidos más fuertes y rápidos hasta una sensación de que morirás en ese momento.
La realidad es que, ninguna emoción mata y no es dolorosas, detrás de toda emoción hay una señal, ¿de qué? De movernos de manera interna o externa, si estoy sintiendo miedo es porque hay una amenaza a mi integridad mental, hay algo que te remueve y te sacará de tu seguridad y ¿qué te pide? Seguridad, confianza no de que todo estará bien, ¿cierto?
Ahora ¿Cómo me puedo curar de este sufrimiento de mantener estas sensaciones incómodas por tiempos prolongados? Yo te entiendo cuando hablamos de pánico y ansiedad y hay preguntas que te invito a que te hagas, cuando estas pasando por este tipo de problemas:
¿Qué tantas cosas, momentos difíciles, secretos llevas guardados? ¿por cuantos años? Probablemente te des cuenta de que ha pasado mucho tiempo y esas cosas hay que sacarlas, no solo a través de una pastilla que evite el malestar sino con terapia, porque como te comentaré más adelante existen métodos que ayudan a ello y no morimos por la emoción sino por lo que pensamos que nos puede suceder, otra pregunta que ayuda en ese momento es ¿eso que estoy pensando es verdad? ( vibrar óptimamente)
Me gustaría compartir contigo dos puntos de vista, uno de David Hawkins de su libro “Dejar ir” y otro de Julio de la Iglesia sobre cómo ve esta forma de sentarte con el miedo.
De Hawkins;
1.- Toma consciencia de la emoción, obsérvala con curiosidad, pregúntate ¿Qué siento?, observa ¿En qué parte de tu cuerpo estás sintiendo esto? ¿Por qué se expresará así en esa parte de tu cuerpo? Estas preguntas te llevarán a tomar consciencia de en este caso tu miedo.
2.- Dale las gracias por aparecer, porque quiere ponerte a salvo, y pídele que se manifieste en toda su grandeza para poderle sentir de la mejor forma, expandiendo esta sensación que, aunque incómoda verás que va disminuyendo y te darás cuenta de que es el momento donde podrás cambiarlo o modificarlo ya sea a través de tus pensamientos si es interno o bien a través del movimiento si es externo. Con el miedo en particular, tratar de respirar con normalidad ayuda a que puedas preguntar lo siguiente:
3.- ¿Qué te pide ese miedo? Escúchalo ¿de qué te pide que estés a salvo? ¿para qué?
4.- ¿Qué necesitas para poner en marcha lo que necesita?
5.- ¿Cómo encontrarás aquello que te está pidiendo?
Sé que es difícil cuando te digo esto ya que cuando uno está preso de un ataque de pánico no deja fluir la sensación por el contrario se enfoca en la incomodidad de la situación y entra en desesperación, pero dejar que fluya la sensación hace que podamos hablar con ella y entrar en el mundo de enfrentar lo que pasa desde la más absoluta curiosidad, me pareció una opción de autogestión emocional interesante en relación al miedo, así que la dejo también como algo que pudiera ayudar.
Ahora bien, De la Iglesia nos dice algo, que me encantó, por cierto, que es: Ser positivo, cuidarnos y ser valientes es un ejercicio de responsabilidad, porque necesitamos estar bien mental y físicamente para ofrecer lo mejor de nosotros mismos. Dicho esto, debemos aprender a gestionar las emociones y aprender de ellas, él menciona 3 lecciones sobre el miedo:
Lecciones
1ra: Que la motivación sea mas grande que tu miedo
2da: Si quieres ser bueno en algo haz lo que te apasione
3ra: Cambiar el concepto del miedo como un obstáculo hacía mis objetivos y convertirlo en un trampolín al éxito
Y también me encanta porque vamos a ver, si llegamos a gestionar este miedo como algo que es un obstáculo que tengo que pasar hace todo sentido que es una forma de mantenerte alerta y atento en no claudicar en tu meta. Ahora con esta película de la sociedad de la nieve lo tengo clarísimo, ellos al igual que de la iglesia, tenían una motivación mayor, sobrevivir.
Esta mujer me parece el ejemplo perfecto de ello, Malala Yousafzai, premio nobel de la paz 2014. luchar por tus sueños nunca es fácil, sobre todo si te encuentras en un lugar donde los derechos de educación y libertad de expresión parecen no existir. En Pakistán, donde Malala nació, la educación para las mujeres está restringida y la población vive a merced del terrorismo. Pese a ello, Malala decidió no callar. A través de un blog, protestó contra las injusticias que veía, sin importarle que ponía en riesgo su vida, de hecho; el día que le dispararon en la cara, Malala iba en el autobús escolar, los talibanes pararon el Bus y subieron asustando a todos, preguntaron ¿Quién es Malala? Ella sabía porque la buscaban y se levantó de frente a ellos, diciendo “Yo soy Malala” lo último que ella recuerda fue el sonido del disparo.
El miedo no solo no la paro frente a esta situación, sus ideales eran mayores, y tras este momento fatídico y haberse salvado se juró comprometerse porque las mujeres tuvieran un lugar y derecho a educarse, luchar por la justicia se convirtió en su objetivo.
Ella es un gran ejemplo de lo que De la Iglesia menciona. Me emociona pensar que el miedo es una gran emoción con la que podemos ayudarnos a crecer y gestionarla. También me encanta saber que no dura más que 90 segundos, que son las sensaciones las que nos avisan algo, y que cabe una conversación con nuestro miedos.
Espero que esta información te sea útil y como siempre que te ayude a vibrar óptimamente, me despido dejándote un abrazo lleno de luz y con mis mejores deseos, con amor VO.